Descripción
La paleta de colores, centrada en tonos cálidos como el ocre y el amarillo, se contrapone con grises y negros que aportan una sensación de sombra y profundidad. Las pinceladas son dinámicas y expresivas, sugiriendo la textura áspera y erosionada típica de montañas o acantilados. La composición juega con la luz y la oscuridad, guiando la mirada a través del lienzo en un flujo que podría interpretarse como cascadas o grietas naturales.





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